jueves, abril 21, 2005

Carpe diem

No olvides este domingo, llueve;
saliste a mirar el patio y encontraste al sapito
(que creías muerto).

Y muy feliz parecía,
asomando de su cueva reciente,
rodeado de unas hiedras... Eligió bien,
bajo la baldosa que custodia el umbral
donde cae un hilo de agua...

No lo olvides, todo brilla, imantado y
oscuro; el mundo es un poco de nuestro arte
en mirar esto,

nuestro dolor en acercar inmediata
una memoria desconocida cada vez en
esto,

los verdes más verdes, más profundos,
las mirábilis más rojas, casi fucsia, casi en el
esplendor magenta

y los jazmines menos blancos
y cabizbajos.

Todo huele, sin embargo,

los frutos de la palmera estallaron
y otra vez, un golpe de granos de oro
embellecen el camino
de la apariencia húmeda,

los saltos del resucitado.


Arturo Carrera
Carpe diem
Filodecaballos/ ICOCULT, 2003

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