miércoles, mayo 21, 2014

Tres poemas de Gregory Corso


Sobre las paredes de un cuarto amueblado y cursi

Colgué fotos viejas de las chicas de mi niñez;
con el corazón roto me siento, codo sobre la mesa,
mentón en la mano, y estudio
       los orgullosos ojos de Helen,
       la débil boca de Jane,
       el cabello dorado de Susan.



Hola...

Es desastroso ser un ciervo herido.
Soy el más herido, los lobos merodean,
y también tengo mis fallas.
¡Mi carne está atrapada en el Gancho Inevitable!
De niño vi muchas cosas que no quería ver.
¿Soy la persona que no quería ser?
¿Esa persona que habla consigo misma?
¿Esa persona de la que los vecinos se burlan?
¿Soy quien, sobre escalones del museo, duerme de costado?
¿Visto las ropas de alguien que falló?
¿Soy el tipo loco?
En la gran serenata de las cosas,
       ¿soy el pasaje omitido?



Anoche manejé un auto...

Anoche manejé un auto
       sin saber manejar
       sin tener un auto
Manejé y noqueé
       a gente que amaba
       ...iba a 120 por el pueblo.

Me detuve en Hedgeville
       y dormí en el asiento trasero
       ...emocionado por mi nueva vida.



Gregory Corso
Gasolina
Traducción: Aurelio Meza
Palacio de la fatalidad, 2014.

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