lunes, agosto 21, 2017

Seis poetas santafesinas


Diciembre 31, 2001

Y la vida era esto:
salir a la vereda el treinta y uno
a las doce, ver cómo un vecino
enciende una bengala.
El brazo en alto, inmerso en la luz ígnea.
Un silencio rosado y expectante,
un fuego inmóvil el mundo.
¿Celebra? ¿Pide ayuda? Nada pasa.
Nada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.
Aquella intensidad.

Beatriz Vignoli





El Alberto

Hacemos covers de poemas,
sonamos con distorsión,
estamos respirando en nuestras versiones.

Demasiados para la repartija de talento.
¿Quién nos hará callar?

Hubiera entrado en un concurso literario
pero quedé pasmada ante la lista de participantes.

No Hay Más Tragedias Que Las Propias.

Tocamos
en los bares de las aldeas
en los tugurios donde la chica que atiende
encandila con las lentejuelas de una lengua stone
donde al que le faltan algunos jugadores
mueve la pelvis like elvis
donde los adolescentes sufren el spleen
entre sus flequillos,
donde, bastante seguido,
el show aburre.

Y qué.

El punto es que el sábado espléndido
está licuándose detrás de las ventanas.
El Alberto, que es un cocker,
rasca tozudamente los mosaicos.

Un manifiesto poético, la rascada.

Carina Radilov Chirov





En el río con mi padre

Este instante
este frágil instante
como la huella de un pie mojado en la piedra caliente
resplandece tenue y firme
entre todos los demás.

El río fluye lento
los perros brillan contra el pasto
al atardecer.
El aire es un globo caliente
que se llena de sonidos.

Yo me siento a la orilla
y estoy en calma
y casi casi puedo tocar el tiempo
este instante
tibio y tenue
resplandeciendo para siempre entre todos los demás.

Cecilia Moscovich





Cada día es una fiesta en algún lugar,
procura llevar contigo esa consigna.
Meditando en ello,
mi tortuga y yo celebramos
la luz del mediodía
reflejada en una hoja de lechuga,
un trozo de tomate o zanahoria.
Así aprendió ella los colores,
por eso, cuando visto mi pollera
anaranjada, se confunde y me persigue
dentellando el aire.

Mercedes Gómez de la Cruz





Mi abuelo pensaba que solo la música clásica
era música.

Ahora se me extiende ese recuerdo
una novela
que comienza con mi padre pidiéndome disculpas.

En el piano que robábamos
con él, con su hermano y con mis primos
lográbamos que en una pieza de Liszt
sonara A hard day's night.

Irina Garbatzky





la depresión me manda postales
esas típicas, onda
wish you were here
para decirme
hola
no me olvidé de vos

Julia Enríquez




Yo soñaba con comprarme una combi. Selección de poesía santafesina contemporánea
Selección: Lucas Collosa y Gervasio Monchietti
Erizo Editora, 2013.

No hay comentarios.: